Entre
los nutrientes que aportan las uvas destacan los azúcares y las vitaminas, (sobre todo glucosa y fructosa) aportan calorías al organismo,
mientras que las segundas (ácido fólico y vitamina B6) intervienen en la
producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y
la formación de anticuerpos del sistema inmunológico, por lo que resultan
especialmente recomendables durante los primeros meses de gestación ya que
puede prevenir la espina bífida o diversas alteraciones en el desarrollo del
sistema nervioso del feto.
También
ayudan las vitaminas, concretamente la B6, a mantener las funciones habituales
del cerebro.
Los
compuestos fenólicos presentes en la uva son los responsables de su color y
sabor, proporcionando además una potente acción antioxidante. Entre ellos están
siendo objeto de numerosas investigaciones los taninos, antocianos y
flavonoides, mostrando su eficacia para bloquear el crecimiento de tumores.
En
concreto los flavonoides favorecen la circulación en las arterias por medio de
la vasodilatación que aumenta el flujo sanguíneo y combate la arteriosclerosis.
Debido a estas características la uva fortalece el buen estado de las arterias
y por lo tanto del corazón.
El
contenido en fibra de las uvas les confiere propiedades como suave laxante, por
lo que se recomienda su consumo sin pelar y con pepitas en personas que sufren
estreñimiento. Así mismo son una fruta aconsejable por su efecto diurético,
beneficioso en casos de gota, litiasis renal, hipertensión arterial y otras
dolencias asociadas a la retención de líquidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario